jueves, 14 de julio de 2011

Para mi Emma ♥

Yo te quiero enseñar
Un fantástico mundo
Ven princesa y deja a tu corazón soñar
Yo te puedo mostrar
Cosas maravillosas
Ven princesa y déjate llevar a mundo ideal
Un mundo ideal
Un mundo en el que tu y yo
Podamos decidir como vivir sin nadie que lo impida.
UN MUNDO IDEAL
QUE NUNCA PUEDE IMAGINAR
DONDE YA COMPRENDI QUE JUNTO A TI EL MUNDO ES LUGAR
PARA SOÑAR
FABULOSA VISION
SENTIMIENTO DIVINO
VOY VOLANDO CONTIGO HACIA UN NUEVO AMANECER
UN MUNDO IDEAL
Mira bien lo que hay
HAY MIL COSAS
Conteniendo el aliento
Soy como un as de luz que lejos va
Y NUNCA YA PODRA VOLVER
Un mundo ideal
Un horizonte a descubrir
Un mundo para ti
Para los dos
déjate llevar a un mundo ideal
UN MUNDO IDEAL
Un mundo ideal
un mundo en el que tu y yo
Podamos decidir como vivir
SIN NADIE QUE LO IMPIDA
Un mundo ideal
CADA VIENTO ES SORPRESA
Un horizonte a descubrir
CADA INSTANTE ES UN SUEÑO
Un mundo para ti para los dos
PARA TI
Para los dos
LLEVAME
Adonde sueñes tu
UN MUNDO IDEAL
Un mundo ideal
QUE COMPARTI
Que comparti
QUE CONTEMPLAR
Que contemplar
Tu junto a mi

sábado, 14 de mayo de 2011

Ella había muerto..

Ella había muerto. Él se encontraba perfectamente, o eso creía, un par de arañazos tal vez. Pero ella no volvería a respirar, y no era plan de echarse uno encima las culpas.
Tomás entró en su casa en último lugar detrás de sus padres y su hermano, con las manos todavía temblorosas y sujetas tras la nuca para no liarse a golpes de rabia. Después de horas de silencio, en las que las miradas lo habían dicho todo, ningún miembro de su familia o de la de ella había tenido el valor de dirigirle de nuevo la palabra. Sin embargo él sabía lo que pensaban, no necesitaba escucharlo porque su cabeza lo repetía sin cesar.
Tomás no sabía llorar. De hecho, no recordaba cuándo lo había hecho por última vez, pero entonces hubiera deseado poder hacerlo, hubiera vendido su alma al diablo para poder romper en llantos y borrar con lágrimas todo lo sucedido. O no, mejor aún, vendería su alma al diablo por una máquina del tiempo, para así ser capaz de regresar a aquel instante de mierda en que salió de la discoteca abrazado a su novia, el sol ya casi despuntaba, y ella le repetía que prefería volver en taxi.
Ey, ¿qué estaba haciendo?, no era momento para ponerse a pensar en tonterías, ella ya no volvería a pedirle nunca nada.
Descargó su cuerpo abatido contra la cama, como a cámara lenta, contando los segundos en su cabeza. El tiempo lánguido y confuso, como flotando en una nube, gravedad cero, mente en blanco y ojos como platos que no ven, sentidos dormidos que no sienten, apenas humedecidos los lagrimales, con la mirada fija en el suelo y la respiración entrecortada. A velocidad de un fotograma por segundo dejó caer la americana desde sus hombros al edredón y sacó la corbata del bolsillo interior. Las mangas de la camisa remangadas hasta los codos y un terrible olor a alcohol, un olor indescriptible, irreconocible, póngame un ron con cola con whisky con agua con licor de plátano con un poco del cuarenta y tres y vodka con limón. Y ese chirrido entre los cristales antes de la oscuridad.
Mientras estaba en el hospital, Tomás sólo pensaba en derrumbarse en su colchón y llorar con la cabeza hundida en la almohada, y sin embargo ahora era incapaz de tumbarse, tan impensable relajarse como imposible le había sido antes, mirar a la cara a su familia y, aún peor, a la de ella. ¿Pero cómo le explicaba a un padre, a esa madre desconsolada y rota, vacía por dentro, que no era sólo él, que todos bebían, que incluso ella lo había hecho? ¿Y cómo volver a hablar a su mejor amigo, el hermano de ella, su compañero desde críos, cómo demostrarle que no quería que aquello sucediera, que nadie, de eso estaba seguro, podía sentirse peor que él en esos momentos?
Por eso era mejor no hablar, mejor guardar silencio, ya que lo que sí era seguro era que ninguno de ellos se iba a molestar siquiera en recomendarle a gritos por dónde tenía que haberse metido él el volante. No estaban para pamplinas.
De manera que Tomás se sentó en el borde de su cama y trató de poner la mente en blanco, se balanceaba sin darse cuenta como un niño asustado al tiempo que intentaba formatear su cerebro. Pálido el rostro ojeroso, sudorosa la frente y frenéticas las manos, demasiado pronto para olvidarlo todo con el runrún todavía de aquella última canción repicando, a lo lejos, en algún lugar de sus tímpanos. Se encerró en su habitación con la boca apretada, los ojos abiertos de par en par con sus respectivas cejas colgadas del flequillo, las ventanillas de la nariz aleteando con cada respiración, musitando de vez en cuando un nombre ininteligible. Le dolía la cabeza, no quería ni podía pensar, sólo miraba aquel puntito en el baldosín del suelo junto a la pata de la silla y tarareaba la dichosa cancioncilla.
No hacía tanto que habían subido al coche, ella con él, y aún hacía menos que habían tenido que sacarlos de entre los hierros, por la ventanilla del conductor, claro. Sólo recordaba un grito, el de ella, y un claxon enloquecido. Cuando volvió a la luz reconoció a su padre sujetando una bolsa de hielo contra su frente y preguntándole sin cesar qué has hecho. No había hablado con los padres de la chica pero recordó haber temblado al leer el letrero d el pasillo de Cuidados Intensivos. Dios fue la última palabra que Tomás pronunció aquella noche, al menos que se entendiera, aunque Dios sólo hubiera llegado a tiempo para él, no para ella. Un milagro dijeron los médicos que examinaron a Tomás, una mierda gritó el padre de ella antes de salir de la habitación y reventar a patadas una máquina de refrescos por no reventarle a él.
Flashes de mil colores y exclamaciones entrelazadas se agolpaban frente a los ojos de Tomás como proyectados en aquel punto del suelo. No podía sacarla de su cabeza. Sus labios temblaban musitando compulsivamente su nombre mientras aquella última imagen iba abandonando su mente tan despacio como antes el espíritu de la muchacha había abandonado su cuerpo, a través, no cabía otra posibilidad, de la ventana rota de Tomás.
Pero él no sabía llorar. Dejó, inconsciente en su balanceo, que su mirada traicionera paseara por las paredes de la habitación arrancando de ellas fotos, dibujos, postales y recuerdos que exhalaban su aroma y cobraban vida ante sus ojos. Ella le había regalado la mitad de aquellas cosas y aparecía en la otra mitad, cómo admitir que ya no lo haría. Aquella película que vieron juntos, ese viaje de verano junto a ella, el día de su cumpleaños, los recibos de sus compras de Navidad, su jerséis olvidados y sus huellas en el aire, todo reflejado en cada rincón de la habitación, todo demasiado a flor de piel. Los arañazos y heridas de su cuerpo escocían sólo de pensar en ella, no podía separar su nombre de sus labios, pero su imagen, debía desterrarla o acabaría matándole. Daba gracias al cielo por no haberla visto debajo de los hierros.
Sumido en el silencio y en la desesperación, Tomás balbuceaba como un niño autista, columpiándose sobre el borde de la cama, apretando con los puños sendos jirones de tela de los muslos. No había sido caro el esmoquin, estos sitios lo requerían, pero el vestido de ella sí que lo era, aquel traje negro precioso que tan bien le sentaba, pero qué bonita estaba. Estaba. Ella.
Tomás repetía uno tras otro en su cabeza los pasos que habían dado los dos juntos esa noche, desde la cena de Nochevieja en casa de sus padres hasta la salida de la fiesta. Ya entonces le dolía todo, y recordó que no veía muy bien, ella también se quejaba, creyó acordarse de que se trataba de los pies por culpa de aquellos largos tacones. A los dos se les iba un poco la cabeza, y era difícil concentrarse en caminar entre tantas risas. Ella estaba preciosa y, como no había amanecido aún, estaban decididos a desayunar churros, como siempre fue de ley en Año Nuevo. Ahora sólo a él le dolía la cabeza, a ella ya no le dolía nada.
Tomás aprendió a llorar aquella noche, pero nunca se lo dijo a nadie. Yo no quería, yo no quería, repetía sin cesar y susurraba su nombre. Algo le dolía por dentro, algo profundo e indescriptible se rompía en su interior pero no sabía darle forma, ponerle un nombre. Pensó que, como en las canciones, podría ser el corazón. La verdad era que dolía y mucho, tal vez demasiado, y no era capaz de localizarlo ni deshacerse de esa sensación. De pronto se dio cuenta de que sus labios se humedecían y no era la saliva, Tomás ya sabía llorar, aunque no se lo quiso contar a nadie.
Su hermano se había escondido en su cuarto, prefería, como Tomás, estar sólo y pensar, no le vendría mal aprender. Sus padres hablaban en el salón. Papá gritaba de vez en cuando, pero Tomás no era capaz, o no quería, entender lo que estaba diciendo, bastante tenía con lo suyo. Mamá si que lloraba de verdad, y no porque fuera experta, sino porque se ponía en el lugar de la madre de ella. Ambos, Papá y Mamá, habrían jurado sobre la Biblia, como los americanos de las películas de juicios, que a Tomás jamás le ocurriría, ¡pero si él no bebía! Bueno, tal vez un poco, pero como todos ¿no? Además, su Tomás era distinto, le habían educado como mejor sabían y era un chico responsable y maduro, joven pero sensato, no querían decir que fuese modélico, pero, por favor, ¡no era Lucifer! Estaban tan seguros de haber hablado lo suficiente con él y de que era consciente de los riesgos y de sus responsabilidades ante ellos que aquello no entraba en sus planes. Vamos, a nuestro Tomasín...
No bebas hijo, y si lo haces, no cojas el coche. Ya lo sé Mamá, no te preocupes. Los padres de Tomás no quisieron hablar con él al volver del Hospital, tampoco les habría escuchado. Sabían dónde y cómo se habían equivocado, pero no sabían cuando, y se sentían tan responsables como él del dolor de aquella otra familia. Decidieron que no podían permitir que el chico cargara con toda la responsabilidad, que era suya, sí, pero su deber como padres era el de apoyarle en esos tan malos momentos y brindar a los familiares de ella todo su cariño y ayuda de cualquier manera. Eso sería lo correcto, y debían anunciárselo a Tomás, tratar de animarle si era posible.
Esperarían un rato a que se tranquilizara, que meditara sólo en su habitación haciéndose consciente de lo que había sucedido y por qué, y entonces acudirían a él para evitar que pudiera agobiarse o deprimirse sin necesidad. Así lo harían, dándole tiempo para que pensara, que reflexionara, que asumiera lo ocurrido y sus consecuencias, que reconstruyera su vida. Pero sabían que tampoco convenía abandonarle en esos momentos, por eso sólo le dejarían a solas un ratillo, no demasiado. Fue horas después, cuando Papá decidió acercarse a su cuarto para ver cómo estaba, cuando encontraron la habitación vacía y una ventana abierta.

" No tengo tiempo "

Una noche como tantas, Luis llego a su casa, borracho. y como siempre trato de hacer el menor ruido posible para que no se despierte ni su mujer, ni sus hijos. que bastante le recriminaban su adicción al alcohol, entonces, ni siquiera paso por la cocina para darse un mínimo banquete. se recostó en su lado de la cama, medio abrazo a su esposa y se quedo dormido como acostumbraba hacerlo todas las noches. su esposa resignada pensaba en el día que Luis deje su adicción y se dedique mas a ella y sus hijos. pero el a todas sus peticiones siempre respondía "no tengo tiempo". Después de un rato Luis en la profundidad del sueño comenzó a soñar con una muchacha muy hermosa de ojos orientales y como si fuera poco, ella estaba enamorada de el. entonces Luis se dejo llevar por el sueño ya que este era muy hermoso, soñaba que visitaban un pueblito y que eran novios y que todos los veían muy enamorados y se sintió muy bien de eso, lamentablemente la esposa de Luis era de muy mal dormir y en una de sus vueltas despertó al romántico soñador, este, enfurecido al reencontrarse con la realidad de que no esteba con la muchacha de ojos orientales, en su lugar estaba su fea esposa, pensó un poco, se levanto, fue a la cocina y del aparador tomo la botella de vino y bebió dos vasos, una vez saciada su sed se recuesta de nuevo para descansar al fin, pero pensando en todo momento en esa muchacha, fue entonces cuando decidió concentrarse y de alguna manera reengancharse con ese sueño. dio un par de vueltas y el fin lo logro, cuando se dio cuenta que otra vez estaba en el pueblo, busco a la muchacha y en la puerta de una tienda de regalos la encontró, ella al verlo le reprocha que la haya dejado por tanto tiempo, le dice: mi amor hace un mes que no se nada de vos, no te das cuenta que te amo, el no comprendía que en los sueños el tiempo transcurre mas rápido, a esto Luis solo respondió con un abrazo a la joven , un tierno beso, y dentro de su cabeza decia:" yo no tengo una novia así en mi vida real, por que no tengo tiempo" una vez aceptada la forma de disculparse de Luis. el entro en la tienda de regalos para comprar algo para su amada, saluda al vendedor y comienza a recorrer el amplio salón, habían cuadros y jarrones y figuras de cerámica, pero lo que realmente le impacto era un reloj con la forma de un rostro humano, cuando Luis se acerca a este reloj se sintió como paralizado y fue entonces cuando el reloj comenzó a hablarle y mirando a sus ojos, con voz ronca le dijo: que haces acá? no te das cuenta de que ella esta realmente enamorada de vos? que, acaso crees que los sueños, sueños son? mira, vos estas jugando con los tiempos, por que has regresado de tu tiempo y te has metido en el mundo de ella, no te das cuenta de que ella sufre, ahora como castigo sabrás que hablo en serio, pues al despertar de este sueño estarás de rodillas ante mi, y ante mi temerás volver a jugar con los tiempos que se mueven en los sueños. ni bien este personaje termino con su discurso Luis despertó, lo que realmente asombro a su familia fue que estaba en la habitación de uno de sus hijos de rodillas frente a una mesa de luz donde había un gran reloj despertador. los latidos de su corazón se acompasaron con el segundero y no hablo nunca del tema, el siguió con su adicción y el reloj sigue aun en la mesa de luz de su hijo y cada vez que el sueño lo vence aunque le cueste mucho Luis no sueña, y cuando despierta, y su mujer pregunta con que soñó, el responde temeroso: "no soñé con nada, no tengo tiempo para eso..."

sábado, 19 de marzo de 2011



Desde este día
que dejaste de sonreír,
no deje ni un instante de pensar en ti.

Cada momento de mi vida
te lo dedicaba solo a ti.

Tu cuerpito en mis brazos
ya no estaba ahí
solo el recuerdo de tus gateos sobre mí.

Ahora miro las estrellas
y me acuerdo de ti ,
sabes mi chiquito te amaba porque eras tan maravilloso
lindo, aquel que ilumina mi vida
con tan solo ver tu tierna mirar,
por haber sido tan bueno y especial.

Esa risa juguetona que tus labios dibujaban
y en tus mejillas rosadas resaltaba.
los caprichos que me ganaban
y muchos me enseñaban.

Nuestro cariño fue mutuo
tu sin mí no dejaste de llorar
yo sin ti mi vida vi acabar.

Al compás de una nana cantada,
con una canción de cuna iluminada,
acurrucarte te observaba, y
con toda mi ternura
te tarareaba "... Duérmete niño,
duérmete ya, descansa, que mañana
despertaras para volver a jugar..."

Con solo 7 meses no despertaste más,
en un sueño eterno acabaste terminar
la culpa no he de echar a la enfermedad sino aquella
que al pronosticar lo hizo mal.

Con el tiempo el destino
decidió jugar y a la semana
te ha de llevar con él.

Ahora un ángel hermoso eres
y desde el cielo has de verme.
el destino sigue jugando
y con el tiempo vamos a reencontrarnos..






Creaste en mi, un mundo de ilusiones y colores ...

Viviste 7 meses y 19 días... que fueron los mejores meses de mi vida, pero dios quiso que vayas con el para que cuides a todas las personas que te amamos desde allá, porque nosotros nunca te olvidaremos.. tu nombre esta marcado con fuego en cada corazón y desde ahora.. cada uno de mis logros serán para ti.. en tu memoria, por haberme echo tan feliz por haber echo de mi lo que nadie pudo hacer, gracias bebé.. por todo lo que me entregaste y por toda la fuerza que me seguís dando desde el cielo para poder seguir .. para tener la fuerza de seguir con esta perdida tan grande. Ojala pudiera devolver el tiempo para verte de nuevo.. para darte un abrazo y nunca soltarte . Mi pena se agudiza cuando me doy cuenta de lo que perdí, mi primera ilusión.. mi rayito de sol. Pero se que algún día volveremos a estar juntos como antes y podre decirte todo lo que me haces sentir, se que nunca me vas a dejar.. y que vas a estar acá presente para poderme acompañar.

Dejaste un vacío enorme en mi Bau, todavía tengo el mismo nudo de hace horas... no dejo de llorar, y de recordar la ultima sonrisa mas hermosa que vi en toda mi vida. Se que ahora nada va a ser lo mismo, que si algo me costaba una vez.. ahora sera el doble, por vos hice cosas que nunca imagine y la verdad que no me arrepiento de nada, por que gracias a vos cambie. Sigo tildada, no puedo moverme pero necesito decirte que fuiste, sos y que vas a seguir siendo en mi vida, no voy a dormir con esto guardado.. te extraño tanto mi vida.. siempre cuando estuve mal por mas doloroso que fuera se me pasaba al verte reír o al abrazarte, pero ahora me siento mas sola que nunca.. así tenga a mas de 20 personas acá, nadie me va a hacer sentir bien como lo hacías vos... No se cuando tiempo podre aguantar.. pero voy a hacer lo posible por seguir acá, por cumplir todas mis metas, y llegar a cierta edad en que deba marchar.. encontrarme con vos, y no separarme nunca mas. Es todo lo que puedo decirte hoy bebé .

Te amo bautista.

miércoles, 20 de octubre de 2010


¿Qué es para mi la alegría ?
Volver a escuchar tu risa,
pues solo era escuchar tu voz
es lo que necesita mi corazón

Todas mis sonrisas
a ti te las debo,
pues aparecen en mi rostro
cada vez que te recuerdo




Cada paso que doy
lo doy hacía a ti,
y en lugar de esperarme
te alejas más de mi.

Solo se que yo te quiero
y que no te puedo olvidar
pues por mas que yo lo intente,
SIEMPRE te voy a amar..

Pero no me rendiré tan fácilmente
nunca lograrás salir de mi mente,
pues nunca te dejaré de querer
y hasta la muerte te esperaré.

sábado, 2 de octubre de 2010

Amor a distancia


AMOR A DISTANCIA

Vivir amor a distancia
Es verdadero amor
Es saber si sobrevive
El amor entre los dos

Quien dijo que es imposible
Saber sobrellevar
Una relación de amor
A distancia sin flaquear

Es una prueba de vida
De amor y de fortaleza
Que a distancia también puedas
Calmar aquellas tristezas


Tristezas que acompañan
La vida de tu pareja
Y que a distancia seas capaz
De brindarle tu fortaleza

Que valentía de aquellos
Que sepan cultivar
Aquel amor que la distancia
Hoy separa con crueldad

Por que desconfiar de aquel amor
Que la distancia aleja
Si se ama de verdad
De corazón nunca se deja

Se vive en el corazón
Se lleva en el pensamiento
Se cultiva con devoción
Y se revive en el reencuentro.